Hoy es el primer día de muchos que siento como si me hubiera estrellado contra el asfalto desde un décimo piso.
Hace unas semanas empecé a hacer un trabajo de fotografía, un catálogo para una empresa. Al principio todo era bastante relajado, la verdad. Una sesión por semana y el resto del tiempo retocar y tralará. Pero los últimos 6 o 7 días han sido una auténtica locura.
El miércoles de la semana pasada tuve una cenita y a partir de ahi un tifón de trabajo sin descanso me ha atrapado hasta hoy que más o menos me ha escupido y aunque seguimos con vientos fuertes y mal tiempo, ya no es tan fuerte como en días pasados.
La historia es que este trabajo ha sido el mas heavy que he hecho hasta la fecha. Teniendo en cuenta que acabo de empezar, se que no es mucho decir, pero estoy destrozada y no sólo físicamente, me siento hueca.
Mientras estaba en plena tensión y sin tiempo para pararme a pensar, las cosas iban bien. Pero ahora que todo ha pasado y que he recuperado la consciencia me doy cuenta de que tengo muchísima pena dentro y la verdad es que no se por que. Posiblemente todas las cosas que me han ido ocurriendo en estos días las he ido apartando momentáneamente para ser capaz de asumir todo el montón de trabajo que tenía. Y ahora que no tengo en qué ocupar la cabeza, vuelven a mi para ser digeridas, a destiempo y posiblemente maceradas por el cansancio y el vacío que padezco en estos momentos.
No se.... nunca me había sentido de esta manera. Era como si mientras estaba trabajando, dejaba toda mi vida de lado para que no fuera un lastre y ahora todo se me avalanza con demasiada inmediatez y no soy capaz de llevarlo con algo de calma.
Aun asi tengo que decir que el trabajo ha sido increible. Estoy contenta con el resultado y aunque soy consciente de que mi nivel tiene mucho que mejorar, creo que hemos podido sacar el trabajo adelante que no es poco decir. Y digo hemos porque no hubiese sido capaz de lograrlo sin mis niñas Jelen y Ainara. Sobre todo Jelen que me ha acompañado en las 18 horas de retoque ininterrumpido del domingo pasado, sufriendo tanto como yo. No me ha dejado sola en ningun momento y lo ha dado todo. Te quiero te quiero te quiero!
Y la niña de Aoitz,que puedo decir de ella, es lo mas dulce de todo Navarra.
La verdad es que a pesar de todo lo hemos pasado bien y la gente con la que hemos coincidido ha sido estupenda con nosotras y ha sido un placer, de verdad. Lo malo ha sido el plazo.
Gracias a Susana y a Robert. Son un apoyo fuerte y siempre intentan complacernos en todo lo que pueden.
Con esto termino y voy a ver si poco a poco voy aterrizando y volviendo a la normalidad.
Aioo!
